Las hojas de orquídea pueden brindar grandes satisfacciones. Estas plantas son, de hecho, algunas de las favoritas para decorar y embellecer, y de un solo elemento puede surgir mucho más.
La orquídea es una de las plantas más apreciadas y amadas por su belleza y delicadeza. Son muchos los que eligen cultivarla en el interior de la casa, el lugar más adecuado para su crecimiento, pero también es cierto que se trata de una especie bastante exigente que requiere cuidados extremos y tratamientos específicos.
Si se trata apropiadamente, puede brindar grandes satisfacciones, haciendo único y otorgando armonía y elegancia a cada ambiente doméstico. De hecho, hay diferentes especies que se pueden cultivar y colores que pueden embellecer las paredes del hogar.
Todo consiste en conocer las técnicas adecuadas, especialmente cuando se desea hacer crecer nuevas hojas y nuevas raíces. En este caso, a veces puede ser suficiente un vaso de agua para lograrlo.
Hojas de orquídea: póngalas en agua
Hacer crecer nuevas hojas y nuevas raíces no es muy complicado, pero sí delicado. Debe prestar atención a seguir cuidadosamente ciertos pasos indispensables. En primer lugar, debemos eliminar la tierra y separar las raíces dañadas de las hojas de la planta. En este punto, se deben desinfectar las hojas para prevenir posibles enfermedades.
Para desinfectar las hojas, podemos usar un elemento que sin duda tenemos en casa, es decir, ajo. Este último debe ser machacado y combinado con medio litro de agua. Una vez filtrada la mezcla, obtendremos agua aromatizada que deberemos rociar sobre las hojas y luego frotar con un disco de algodón. Se recomienda tener mucho cuidado para no dañar la planta y asegurarse de que el spray aromatizado se absorba lo más posible.
Luego de este paso, debemos sumergir las raíces de la planta en un vaso lleno de agua aromatizada al ajo que hemos preparado previamente, durante aproximadamente 30 minutos. Luego, secamos cuidadosamente la planta y la colocamos, con la cabeza hacia abajo, en un vaso de plástico previamente perforado en la parte superior, de manera que la planta pueda respirar y retener suficiente humedad para nutrirse.
El último paso consiste en verter un vaso de agua del grifo sobre la planta. Sin embargo, el agua no debe llenar completamente el vaso, sino simplemente cubrir la parte inicial de las hojas. Cerramos el vaso perforado con otro y dejamos la planta reposar durante 45 días.
Durante este período de tiempo, las raíces de la planta seguirán fortaleciéndose. Y para proteger su salud, será fundamental rociar agua del grifo sobre las raíces al menos una vez cada tres días.
Una vez transcurrido el tiempo, las raíces estarán sanas y fuertes y, en este punto, podremos trasplantar toda la planta a una maceta nueva. Sumérgela en el agua al ajo nuevamente durante unos 30 minutos antes de trasplantarla nuevamente.
Atención a la ubicación
El lugar donde dejamos crecer nuestra orquídea es fundamental para su desarrollo. De hecho, debe colocarse en un lugar luminoso pero sin una exposición demasiado directa, para evitar dañar las hojas y los pétalos. Por eso podemos elegir un mueble frente a una ventana para su cultivo.
Las orquídeas son perfectas para decorar la casa con color y elegancia discreta y no causan alergias a aquellos que suelen verse afectados por el polen, especialmente en primavera.